Ante el rechazo originado en las redes sociales por la tapa de la revista Caras en la que se alude a la princesa heredera al trono holandés como “plus size”, publicación que fue casi unánimemente considerada como violenta por hacer hincapié en el aspecto físico de una adolescente, corresponde analizar qué sucede con los mensajes que parten de los medios de comunicación con referencia a los cuerpos feminizados.
Por Noor Jimenez Abraham